
Albacete
Aunque históricamente no es la más representativa y tampoco es la capital, Albacete es, sin embargo la provincia más relevante de la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha, tanto por su extensión y población, como por su papel de impulsor económico de la comunidad. Su capital, la ciudad de Albacete cuenta con uno de los núcleos urbanos más amplios y poblados del interior peninsular, en constante desarrollo desde los albores del siglo XX.
Tradicionalmente, la economía de Albacete se ha basado en los cultivos de secano: cereales, vid, olivos y en la ganadería. Por la calidad de sus productos ha desarrollado una destacada industria agroalimentaria, con productos típicos, con denominación de origen, como el queso manchego o el azafrán. Por su buena situación geográfica y su fácil accesibilidad, Albacete ha sido desde siempre un centro neurálgico para el comercio castellano y hoy en día lo sigue siendo, a través de la celebración de numerosas ferias y eventos.
Auque en Albacete se cuidan mucho las tradiciones, como lo reflejan sus fiestas típicas, sus costumbres de tascas y tapeo y su gusto por el teatro clásico, es una provincia abierta a la modernidad, que se ha lanzado a la innovación tecnológica, como lo demuestra el importante auge de la industria de las energías renovables, gracias a la instalación de numerosos parques eólicos durante las tres últimas décadas o el más reciente desarrollo de la industria aeronáutica.
Albacete se desarrolla industrialmente sin dejar de hacerlo culturalmente, como se puede apreciar por la celebración de festivales y eventos de todo tipo deportivos de carácter internacional, incluso deportivos, como los campeonatos celebrados en el Circuito de Albacete. Su capital, a la que Azorín llamaba “el Nueva York de La Mancha” es una ciudad con mucha vida, tanto diurna como nocturna.
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